Torrealta, la ganadería de toros bravos que guarda silencio cada Jueves Santo
En la finca gaditana de El Toñanejo, los bueyes pastan sin cencerros en señal de respeto. La familia Prado mantiene viva una tradición íntima y solemne que cada año emociona a los aficionados al toro y a los nuevos públicos que siguen su día a día en redes sociales
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Algeciras/El campo gaditano se queda en silencio. Ni un tintineo, ni un eco de cencerro al fondo de la dehesa. Solo el sonido del viento y los pasos pausados de una docena de bueyes que avanzan en formación, serenos, majestuosos, sin el repiqueteo metálico que suele anunciar su presencia. La escena, recogida en vídeo y publicada en redes sociales por la ganadería de Torrealta, ha conmovido a miles de seguidores: cada Jueves Santo, y también en los días de duelo familiar, los Prado retiran los cencerros a sus bueyes como gesto de respeto.
“Es una tradición cargada de respeto y silencio, que honra lo que sentimos y lo que somos”, han escrito en su cuenta de Instagram, una de las más seguidas en el mundo del toro. El gesto, sencillo pero elocuente, hunde sus raíces en la forma íntima y austera que esta familia ha escogido para vivir ciertos momentos del calendario. El Jueves Santo, día grande en el calendario litúrgico, marca un punto de recogimiento en El Toñanejo, la finca donde pasta la camada principal de reses de Torrealta, en el término municipal de Medina Sidonia, muy cerca del Campo de Gibraltar.
La imagen de los bueyes sin cencerros no es habitual. Ellos, que suelen acompañar a las faenas del campo como símbolo de nobleza, quedan en esta fecha revestidos solo con el silencio. La decisión no es un gesto estético ni una estrategia publicitaria. “Forma parte de lo que somos”, explican en la casa, que lleva años compaginando el respeto por la tradición con una habilidad poco común para narrarse en el siglo XXI.
Al frente de la ganadería están Borja Prado Eulate, expresidente de Endesa y de Mediaset, y su hija, Pilar Prado Benítez, quien ha tomado el testigo con entusiasmo, sensibilidad y visión de futuro. Pilar, gran aficionada al campo y a los valores del toro, se ha propuesto abrir las puertas —digitales— de Torrealta para enseñar el día a día de la vida ganadera. “Tenemos claro dónde está el futuro y por dónde vienen los nuevos aficionados. Las redes sociales, bien utilizadas, pueden hacer crecer la afición”, ha señalado en más de una ocasión.
Torrealta, formada principalmente por reses procedentes del encaste Juan Pedro Domecq, ha incorporado sementales de Santiago Domecq, Garcigrande, Núñez del Cuvillo y Victoriano del Río. Sus toros son los predilectos de figuras como Morante de la Puebla, El Juli, Alejandro Talavante, José María Manzanares o Roca Rey. Por la finca no solo pasan matadores, ganaderos y mayorales, sino también personalidades ajenas al mundo taurino como el chef José Andrés.
Y es que El Toñanejo también ha sido testigo de una historia de amor: la de Pilar Prado y el torero sevillano Pablo Aguado, cuya relación sentimental nació de una amistad forjada entre tentaderos.
La costumbre de retirar los cencerros el Jueves y Viernes Santo para apagar el tintineo de esquilas en señal de luto por la Pasión de Cristo la sigue igualmente la vecina ganadería de Santiago Domecq, que también pasta en Cádiz, en el término municipal de Jerez de la Frontera y en pleno corazón del parque natural de Los Alcornocales.