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Nueva naviera en el Estrecho

La Capilla del Santo Cristo de la Alameda, de lugar sagrado para los marineros a museo en el Barrio de la Caridad

Exterior de la capilla del Santo Cristo de la Alameda, en la calle Cayetano del Toro. / Erasmo Fenoy
A. G. R.

25 de julio 2023 - 07:00

Algeciras es una de las ciudades más devotas del Campo de Gibraltar. Su unión con el mar y dicha fe se vieron unidas en la pequeña Capilla del Santo Cristo de la Alameda, un santuario localizado en el Barrio de la Caridad que con el paso de los años ha pasado a ser parte del Museo Municipal de la localidad, aunque, en estos momentos, no puede visitarse.

La construcción del templo está datada en 1776, todo ello por iniciativa del cura Domingo Pérez. La capilla, situada en una de las calles más populares de la época, la calle Alameda, fue levantada en terrenos portuarios, junto al río de la Miel, convirtiéndose así en "la capilla de los marineros", también conocida como la de "Los Navegantes".

En aquel entonces, la Capilla del Santo Cristo de la Alameda constaba de una sola nave de planta rectangular y una cubierta a dos aguas. La sacristía estaba ubicada en un añadido. Actualmente su aspecto es otro, pues, en 1931, durante la quema de conventos tras proclamarse la Segunda República, fue asaltada y arrasada para convertirla en almacén y en un taller, provocando daños que no se repararon hasta los años 90, momento en el que el Ayuntamiento de Algeciras se hizo con ella para restaurarla y convertirla en la sede de la sección de Arte Sacro del Museo Municipal.

La reconstrucción creó un edificio con una nave principal y otras dos menores a su lado, siguiendo la estructura de crucero. La fachada, de estilo barroco popular con dos cuerpos, cuenta con la única puerta del edificio. Sobre ella se sitúa una espadaña en la que hubo una campana.

El pasado marinero

El templo se convirtió en el lugar de rezo para los marineros. En la capilla se veneraban las imágenes del Santo Cristo de la Piedad, de la Virgen de los Dolores y San Juan Evangelista, imágenes a las que le rezaban diariamente con el objetivo de evitar naufragios o pedir milagros, por lo que sus paredes estaban llenas de amuletos y exvotos.

Los soldados del Ejército Español también convirtieron la capilla en su lugar de culto durante el Gran Asedio a Gibraltar. Una vez concluido este enfrentamiento, el santuario cayó en estado de abandono y fue cerrado al culto, trasladando sus enseres religiosos a la capilla de San Antón.

Actualmente, un nuevo proyecto propone convertir el lugar sagrado en un museo para albergar la obra y el legado de Antonio Viñas de Roa, un abogado madrileño y afincado en Algeciras que tenía en su poder cartas náuticas de los siglos XVIII y XIX y mapas, litografías, grabados y dibujos de la Bahía de Algeciras y el Peñón de Gibraltar

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