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La unión del mar Mediterráneo y el océano Atlántico, la separación natural del continente europeo y africano, está marcada por una leyenda, la de Las Columnas de Hércules, una historia con origen en la mitología griega que ha llegado hasta nuestros tiempos para contar cómo se creó el Estrecho de Gibraltar en manos de Hércules, el hijo semidiós de Zeus.
Cuenta la leyenda que Hércules enloqueció al beber una pócima que le ofreció Hera, la mujer de Zeus, aunque no madre del semidiós, y confundió a su propia esposa y a sus hijos con enemigos, por lo que acabó matándolos. Esto hizo que el Oráculo de Delfos lo condenara para purificar su alma a servir durante 12 años a Euristeo de Tirinto quien se convirtió en su amo e intentó acabar con él a través de doce encargos aparentemente imposibles de cumplir.
Entre las misiones, cada vez en territorios más alejados, se encontraban conseguir la piel del león de Nemea, matar a la hidra de múltiples cabezas de Lerna, capturar a la Cierva de Cerinea, a los Pájaros de Estínfalo, al jabalí de Erimanto, al toro de Creta, a las yeguas de Diomedes y a los toros rojos de Gerión, hacerse con el cinturón de Hipólita, robar las manzanas del Jardín de Hespérides y capturar a Cerbero, guardián de la puerta del Hades.
No fue hasta el décimo encargo cuando se acercó a lo que ahora conocemos como el Estrecho de Gibraltar. En la isla de Eritea se encontraban los rebaños de Gerión, un enorme individuo de seis manos y con tres cuerpos que parecía inquebrantable hasta la llegada de Hércules.
Para acceder hasta la isla no lo tuvo nada fácil, el semidiós se encontró con el paso cerrado por una montaña desde el Mediterráneo hasta el Atlántico, por lo que la partió por la mitad, originando así lo que sería la separación de África y Europa. De esta forma, con la ruptura de la montaña, también se originan el monte Calpe (Gibraltar) y el monte Abyla (algunas teorías afirman que es Yebel Musa).
Una vez en Eritea, capturó a los animales y colocó las dos columnas (las dos montañas) a modo de monumento, las conocidas en la actualidad como Las Columnas de Hércules, los pilares que sustentan el Estrecho.
Otra historia cuenta que las columnas fueron levantadas por Hércules para avisar de que en esos dos puntos montañosos acababa el mundo, el mar y comenzaba el caos.
Por todo ello, en Gibraltar, en la parte Sur de la ciudad, está ubicado un monumento en el que quedan reflejadas las dos columnas que sostienen en un círculo el mundo conocido hasta entonces, el que está bañado por el Mediterráneo.
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