La Cueva del Sol, un templo de pinturas rupestres dedicadas a la astronomía en Tarifa

La Cueva del Sol es una de las cavidades con arte rupestre de mayor dificultad de acceso que se encuentra en Tarifa, lo que ha permitido que también sea uno de los enclaves mejor conservados en la actualidad. En apenas cuatro metros cuadrados, se encuentran unas pinturas de gran valor, diferente al resto, puesto que están relacionadas con la astronomía y el culto al Sol.

Los primeros datos sobre esta cueva los aportó el investigador alemán Lothar Bergmann en torno a 1994. Con sus investigaciones identificó las representaciones de las paredes y las relacionó con fenómenos astronómicos, destacando algunas figuras que podrían ser cometas.

Varias décadas después, en 2011, Mercedes Versaci Insúa, junto a un equipo de investigadores, volvió a la cavidad para inspeccionar las pinturas, llegando a la conclusión de que posiblemente serían parte de un calendario para registrar el paso del tiempo, según afirman los datos del Observatorio La Trocha.

La pequeña cueva no se extiende en más de cuatro metros cuadrados. Está formada por una planta semicircular en la que, prácticamente, no se puede estar de pie, puesto que su altura ronda 1,50 metros. Para acceder a ella, la misión se complica, puesto que está situada a 1,40 metros de altura entre vegetación muy densa.

Los restos gráficos de la Cueva del Sol está muy bien conservados. En total, 16 dibujos han sido encontrados en sus paredes, algunas figuras incluso tienen volumen al usar la forma de la pared para ello. Los trazos y los puntos solo muestran pérdida de color del pigmento por el paso del tiempo.

Desde el Observatorio La Trocha apuntan que el conjunto de las grafías lo componen: "un soliforme (figura que representa un sol), un ramiforme (figura que por su forma representa una rama), un antropomorfo (representación de una figura humana), un escaleriforme (con forma de escalera), una figura cruciforme (con forma de cruz), tres motivos de ídolos oculados (figura de cara con ojos), cinco arboriformes (forma de árbol), una agrupación de puntos pareados, y cuatro motivos o trazos indefinidos, además de acumulaciones de pigmentos en pequeñas cantidades que pudieron formar parte de alguna figura que se ha perdido por el paso del tiempo".