Disfruta de las mejores vistas del Estrecho desde el Cerro del Tambor
Senderismo en el Campo de Gibraltar
Este sendero que discurre entre los términos municipales de Algeciras y Tarifa nos ofrece unas extraordinarias panorámicas del norte de África desde el extremo sur de la península Ibérica
Este sendero que discurre entre los términos municipales de Algeciras y Tarifa nos ofrece unas extraordinarias panorámicas del norte de África desde el extremo sur de la Península Ibérica.
La ruta hacia el Cerro del Tambor es una de las más recomendables para disfrutar de unas magníficas vistas del Estrecho para todos los públicos, ya que se trata de un sendero de fácil acceso y baja dificultad en su recorrido.
La primera referencia para el inicio del sendero es muy fácil de encontrar y además ofrece de por sí una interesante visita por sí misma al turista, cargada de información del entorno natural de la zona, y con la opción de hospedarse en un lugar cargado de historia.
Hablamos de la zona de Huerta Grande, ubicado en el kilómetro 96 de la N-340 entre Algeciras y Tarifa, cerca de Pelayo. Allí podremos encontrar el centro de visitantes de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Sostenible donde, si lo encontramos abierto, se ofrece gran cantidad de información del Parque Natural del Estrecho y el Parque Natural Alcornocales los dos entornos naturales que coinciden en esta zona.
Además, también encontramos el complejo de Alojamiento Rural Huerta Grande, con cabañas, la Casa del Espía y la Casa del Comandante para poder pernoctar y retomar fuerzas.
Tomando el desvío de la carretera N-340 en el el kilómetro 96 entraremos por una vía de servicio y veremos un aparcamiento donde comienza el sendero. Desde ahí podemos descender hasta el centro de visitantes o empezarlo directamente por la pista que se dirige a la costa. En este primer tramo ya dejaremos atrás opciones para otro recorrido futuro como la sierra del Bujeo y el pico Luna, de casi 800 metros de altura, que domina toda zona del Estrecho y parte de la Bahía.
Tras el primer kilómetro de suave descenso, llegamos a un cruce donde giramos a la derecha para encontrarnos con las primeras vistas del Estrecho y la costa norteafricana. Si seguimos el camino, nos encontramos un grupo de casas y huertas tras las que veremos la Garganta del arroyo Marchenilla y, al fondo, el Peñón de Gibraltar.
Ya nos encontramos en terrenos del Parque Natural del Estrecho, donde podremos empezar a comprobar su diverso y característico paisaje. Dejando atrás los cortijos de la Joya, continuaremos descendiendo hasta llegar al arroyo de Malaber, uno de los pequeños cauces fluviales que nacen en esta zona de sierra más meridional de Europa para desembocar en el Estrecho. Lo cruzaremos por un pequeño puente y continuaremos hacia una zona de matorral donde abundan especies vegetales típicas del Parque, como lentiscos, palmitos o hérguenes, además de alcornoques y acebuches como especies arbóreas.
Estas zonas de sotobosque salpicados con algunos grupos de árboles contrasta con la siguiente parte del recorrido ya que, según bajamos también nos encontraremos zonas de pasto que aprovechan el ganado de la zona, compuesto por vacas y ovejas. Esta parte del recorrido nos llevará hasta los Canchos de los Parrales, donde ya habremos comenzado a ganar altura por el puerto Turrado en dirección al Cerro del Tambor, encontrándonos con el parque eólico que alberga.
Dejaremos la línea de "molinos" eólicos tomando un nuevo camino que sale hacia la izquierda por la ladera oriental del cerro, en la que nos adentramos en una zona cubierta por un profundo matorral que nos lleva a descender de nuevo hasta llegar el tramo final, de nuevo despejado. Con él llegamos a un antiguo búnker de unas ocho décadas de antigüedad, que marca el final del sendero. Abandonado su uso militar hace años, su estratégica posición sobre la costa del Estrecho sigue ofreciendo una espectacular panorámica como mirador.
Desde ese punto podremos tener las mejores vistas de las dos orillas del Estrecho de Gibraltar, además de otros hitos del paisaje como la ensenada del Tomo y la Punta del Acebuche en la parte española. Es muy recomendable llevar prismáticos hasta esta ubicación para, en un día claro, no perder detalle de todo lo que ofrece este mirador.
Además del paisaje y los barcos que transitan por el Estrecho, también es un punto privilegiado tanto para el avistamiento de aves, que en épocas de migración cruzan entre ambos continentes, como de cetáceos en el agua. Junto a los delfines, calderones y orcas (que pueden confundirse a simple vista en la lejanía y por ojos no expertos), se puede tener la suerte de divisar algunos ejemplares de cetáceos mucho mayores como el cachalote o el rorcual común cuando salen a respirar.
Una vez llegado el momento del regreso, se puede optar por desandar toda la ruta hasta Huerta Grande u optar por volver al puerto Turrado y bajar a la desembocadura del río Guadalmesí, desde donde el sendero Colada de la Costa (que merece una ruta propia, sin duda) nos termina llevando hasta el núcleo urbano de Tarifa.
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