El Fuerte de Santa Bárbara, una fortificación militar defensiva a las puertas de Gibraltar

En 1730, tras la conquista de Gibraltar por parte de los ingleses, el Rey Felipe V mandó a diseñar y levantar una línea militar de fortificación defensiva para prevenir los ataques que pudieran realizarse desde el Peñón, la conocida como Línea de Contravalación que se extendía a lo largo de 1366 metros para cerrar el paso por tierra desde Levante hasta Poniente. A esta estructura defensiva pertenece el Fuerte de Santa Bárbara.

No fue hasta 1735 cuando se terminaron los trabajos encargados al ingeniero Verboom, un sistema de fuertes y murallas que sería de vital importancia durante el Gran Sitio de Gibraltar entre 1779 y 1783.

En 1810 se destruyeron gran parte de estas estructuras, incluido el Fuerte de Santa Bárbara, siendo posteriormente abandonado y saqueado. En 1979 recuperaron lo que no fue destruido y en 1985 fue declarado Bien de Interés Cultural. No obstante, forma parte de la lista roja de monumentos de Hispania Nostra desde 2019, puesto que está en peligro de desaparición por su mal estado de conservación.

El Fuerte de Santa Bárbara tenía capacidad para 24 piezas de artillería (18 cañones de a 24 y 6 obuses) y una dotación de hombres muy elevada (Cuerpo de Granaderos, Cuerpo de Caballería con hasta 40 hombres y Cuerpo de Artillería además de un grupo de hombres con la función de limpiar los fosos de tierra), poseía, además, 4 cuarteles para la tropa, como indican D. Ramos y L. J. Traverso en un artículo para Europa Sur.

Los interesados en conocer este enclave histórico que forma parte de los orígenes de La Línea de la Concepción solo tienen que trasladarse hasta el final de la avenida del Ejército, a pocos metros del mar y del estadio. Allí se encontraran los restos de una muralla que completaban diferentes baterías y cuerpos de guardia llamadas San Benito, Santa Mariana, San Fernando o San Carlos.