Tagarninada 2024: la tradición barreña sigue viva gracias a la participación popular
Fiestas populares
600 kilos de potaje y 2.000 litros de bebida han unido a locales y visitantes en una jornada gastronómica y cultural
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Como cada febrero desde hace 32 años, la Peña Cultural Carnavalesca La Tagarnina ha hecho posible el encuentro popular de la Tagarninada en Los Barrios. A las 7:00 llegaron las personas socias que se encargarían de preparar los ingredientes además de encender el fuego, ya que este potaje se ha cocinado al calor de la leña. En esta ocasión, la Tagarninada ha cerrado el carnaval debido al temporal que impidió su celebración el domingo anterior.
La jornada acogió el pregón de Juan Manuel Camacho y el reconocimiento del personaje popular José Antonio Rivera "Chanani". Además, actuaron agrupaciones carnavalescas locales y comarcales, y contó con la participación de la comparsa gaditana "Los sacrificaos".
Colaboración desinteresada
50 personas voluntarias han contribuido al montaje, a cocinar, servir, organizar y también en la limpieza del evento que es ya una tradición para barreñas y barreños. Y es que esta fiesta es solo posible gracias a la colaboración de vecinas, vecinos y comercios, quienes ceden los alimentos y las bebidas.
Nicolás Ceballo, presidente de La Peña La Tagarnina, nos cuenta que la Tagarninada nació de la iniciativa de que Los Barrios tuviera su propia ada. Además de devolverle la vida a las fiestas carnavalescas típicas, esta peña ha sido la responsable de recuperar los villancicos locales populares, y actualmente han surgido varias agrupaciones, tanto de carnaval como de rondallas, que actualizan y mantienen las tradiciones.
Uno de los cocineros, Fernando Mariscal, nos cuenta la receta de las tagarninas que pudieron degustar unas 2.000 personas: 50 kilos de garbanzos, 50 kilos de patatas, 50 kilos de papada de cerdo, 25 kilos de morcilla, 15 kilos de chorizo en manteca, medio kilo de canela, entre otros, y por supuesto el ingrediente indispensable: 311 kilos de tagarninas recogidas en San Pablo.
Potaje nunca sobra. Más de 600 kilos fueron repartidos de forma gratuita entre vecinas y vecinos y también visitantes. Las primeras personas que prueban este guiso exquisito son quienes habitan en el asilo. Como cada año, la primera tanda se lleva en una olla a la residencia para ser repartida. Un bonito gesto que se mantuvo durante los años de pandemia, en los que la tradición se quedó en pausa.
La Tagarninada se ha convertido ya en una tradición para el pueblo barreño que, como nos comentan dos vecinas: "agradecen que se lleven a cabo este tipo de eventos que fomentan el encuentro en el pueblo, ya que la oferta de ocio es escasa."
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