La duna de Valdevaqueros, una construcción militar que se ha convertido en un atractivo turístico de Tarifa

Las playas son uno de los grandes atractivos de Tarifa durante todo el año. No solo por ser paraísos naturales en los que desconectar o practicar deportes de viento, también por los tesoros que se ubican a su alrededor. En Valdevaqueros encontramos su duna, un elemento artificial construido por los militares que, en la actualidad, es un arma de doble filo para los vecinos de la zona.

En plena posguerra, con la intención de reforzar la línea de defensa española ante un posible conflicto con Marruecos o con los británicos, los ingenieros militares comenzaron a trabajar en la construcción de una duna artificial en Tarifa, concretamente en la playa de Valdevaqueros.

Las obras consistieron en destruir un cordón dunar que llegaba hasta Bolonia para trasladar esa arena hacia Valdevaqueros. Una vez allí, plantarían un pinar justo detrás para impedir su extensión, algo que, con el paso del tiempo, se ha demostrado que es prácticamente imposible.

Su construcción no fue fácil, pues la arena dificultaba el movimiento de la maquinaria pesada. La idea era levantar dunas bajas, con una altura artificial y una pista asfaltada entre ellas, un proyecto que frenaría el transporte de arena por el viento y que serviría como trinchera en caso de desembarco enemigo.

Desde su construcción, la duna no ha dejado de crecer. Cuando sopla levante, la carretera que une la N-340 con Paloma Baja queda cubierta de arena, cortando el paso y dejando incomunicadas a las familias que allí residen, un arma de doble filo, puesto que es un lugar que atrae a miles de turistas, una ubicación de postal en las redes sociales, pero que, desde que en 2009 dejara aislados a los tarifeños por primera vez, saltó la polémica.