'La Artesana', 25 años amasando churros de rueda y papitas en La Línea

El blog gastronómico gaditano Cosas de comé ha pasado por una de las churrerías con más encanto de La Línea. Se trata de "La Artesana", ubicada en el centro de La Línea, en la calle doctor Villar, y regentada por José María Quiñones dede hace 25 años.

Según se cuenta en el artícuo, las papitas que elabora José María Quiñones están crujientes y se comen de dos bocaos, pero todavía saben mejor si se ve cómo las prepara este churrero que se inició en su profesión a los dieciséis años. Ahora tiene 56, por lo que acumula ya más de 40, "amasando" felicidad con masa frita.

En La Línea llaman churros de rueda a los que en otras zonas se conocen como churros de masa o porras. Pero aún más peculiar, y más exclusivo de la ciudad, es el nombre que se la da a los churros de los finos: papitas. José María Quiñones señala que «no sé porque se llaman así pero lo cierto es que así los llamamos en todas las churrerías de la localidad, aunque en todas no tienen la misma forma».

Desde las ocho de la mañana la cafetería ofrece churros, con la posibilidad de acompañarlos con chocolate caliente, y también diferentes tipos de tostadas, aunque los primeros son los grandes protagonistas. El sitio tiene barra y mesas bajas en el interior, además de una amplia terraza en la calle. En una esquina está el perol donde trabaja José María, tocado por un gorro de cocinero. A los churros de rueda les de forma con un artilugio manual con el que va echando la masa en el aceite caliente, mientras que para hacer las papitas utiliza una máquina ya que se necesita mayor esfuerzo para manejar la masa.

El sitio tiene encanto. En las paredes fotos de artistas locales y también un artículo de este periódico dedicado a Paco Sánchez Gómez, el creador de la famosa cadena de churrerías «Los Especiales» y que ha sido el maestro de José María Quiñones que estuvo trabajando un tiempo en el puesto que tenían junto al mercado Ingeniero Torroja.

Las ruedas de churros se sirven individuales, en su plato redondo y con una servilleta para que esta absorba el aceite sobrante. Quiñones resalta que «para que los churros salgan buenos hay que utilizar buena materia prima, esa es la clave de todo». Destaca que a lo largo de los años «hemos ido perfeccionando las masas para que salgan un poquito mejor».

Fue en mayo de 1999 cuando abrieron esta churrería, por lo que en este 2024 cumplen sus primeros 25 años, amasando «y sigo disfrutando con mi profesión» destaca José María. Estos días de vacaciones tienes la oportunidad de ir a probar estos churros ricos de toda la vida en La Línea.