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La moneda de dos euros nos causa una especial simpatía. Ya sea por su valor, su tamaño, o porque es más difícil hacerse con una de ellas, hay quienes las coleccionan o también las guardan en una hucha para irse de vacaciones. Y es que una hucha llena con monedas de dos euros puede ser una gran fortuna.
En Algeciras se llevó a cabo una exposición con 510 monedas de dos euros conmemorativas. Se trata de emisiones especiales realizadas por los países de la zona euro, que tienen un diseño único en su reverso que conmemora eventos, figuras históricas, logros culturales, aniversarios y otros temas significativos.
En esta muestra se incluían las monedas del Vaticano y San Marino, "que tienen una especial revaloralización", según nos cuenta Francisco Márquez, propietario y responsable de organizar mostrar la colección. "La del Quijote fue nuestra primera moneda conmemorativa, y la primera de todas surgió en el 2004, que conmemoró los juegos olímpicos de Grecia, en la que aparecía el discóbolo".
Las monedas conmemorativas de dos euros son populares entre los coleccionistas por su diseño variado y su valor histórico y cultural. Aunque tienen el mismo valor nominal que las monedas regulares, algunas ediciones limitadas o especialmente buscadas pueden tener un valor superior en el mercado de coleccionismo.
Francisco lleva desde 2004 coleccionando estas monedas, cuando comenzaron a emitirse. En ese año solo salieron 6, y desde entonces está pendiente de las nuevas creaciones. Las consigue a través de un marchante o en las diferentes casas numismáticas que las van adquiriendo. Pero el interés de este amante del coleccionismo comenzó mucho antes: "yo empecé desde chico guardando monedas en un monedero de mi madre. Las primeras que recuerdo son las de aluminio con el caballito de Franco, de cinco y diez céntimos. De esto hace ya cincuenta años." La numismática es la pasión de Francisco, y así lo demuestra con su labor de coleccionismo y divulgación del patrimonio cultural europeo a través de sus monedas conmemorativas.
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