Cristina Harillo, la artista que da alas al Barrio de La Caridad de Algeciras
CULTURA
Su bajorrelieve en un mural de la calle Tarifa se ha convertido en un símbolo del barrio donde la gente acude a sacarse fotos y "selfies"
Sueña con abrir su propio taller; mientras tanto, imparte clases de pintura en un salón parroquial de la Iglesia del Carmen
¿Te has fijado alguna vez en las enormes alas blancas que hay pintadas en un mural de la calle Tarifa de Algeciras? Su autora es Cristina Harillo Muñoz, ceutí de nacimiento y algecireña de adopción. Dice que es mitad caballa y mitad especial, “una ciudadana del Estrecho”.
Aprendió a dibujar en la Academia de Juan Zahara, su maestro, en un piso frente al Museo Municipal. Aunque por aquel entonces le obsesionaba el hiperrealismo, poco a poco, fue encontrando su propio estilo. De cualquier modo, recalca que saber dibujar, enfrentarse al carboncillo, debería ser el primer reto de cualquier artista, la base. El color y todo lo demás, vendrán después.
Cuenta que el silencio y la soledad de la pandemia le sirvieron para darle forma a lo que verdaderamente sentía, lo que le palpitaba desde hacía tiempo. Y así lanzó, definitivamente, el Proyecto Alas. Después del confinamiento, Cristina Harillo ha expuesto su obra en el Museo Cruz Herrera de La Línea de la ConcepciónLa Línea de la Concepción, en la Sala CajaSur de AlgecirasAlgeciras, en el Castillo Guzmán El Bueno de Tarifa, en Estepona, Marbella, una muestra colectiva en Málaga… “La gente me dice: ah, tú eres la pintora de las alas. Y para mí, supone un piropo”.
La pregunta parece inevitable: ¿cómo nació esa serie de obras que ahora tanto la identifican? “Empecé dibujando alas planas, sin volumen. No tenían nada que ver con lo que hago ahora. El ala empieza a salir, es decir, a ser una escultura, un bajorrelieve, a la vez que yo, como persona y como artista, también empiezo a crecer y a a mostrarme. Me veo reflejada en esa evolución. Al final, cada ala cuenta un pedazo de mí”. ¿Y qué representan las alas para Cristina Harillo? “La libertad. La libertad para poder expresarme, traspasar mi timidez y comunicar lo que siento”.
Ahora un trozo de Harillo también vive en la calle Tarifa, en pleno Barrio de la Caridad. “Einar Tuvakiya me propuso participar en ese mural. Era la primera vez que hacía algo tan grande y en la calle. Fue un reto. Mientras estaba creando las alas, la gente me decía cosas. Un ole, me preguntaban qué tal, querían saber por qué las estaba haciendo así… Un señor llegó a recomendarme que me pusiera guantes para no destrozarme las manos. Pero fue algo muy entrañable porque, al final, resultó ser una obra compartida con el barrio”. No en vano, es raro el día en que no hay paseantes haciéndose fotos y selfies frente al mural de las alas. Se ha convertido en un símbolo de la zona.
A propósito del Barrio de la Caridad, Harillo explica que se siente una vecina más, aunque no viva en él. Tiene un segundo mural unas pocas calles más allá, en una de las persianas de la mercería Mi Tienda. “En el futuro, mi ilusión sería tener un local aquí y montar mi propio taller”.
Cristina Harillo actualmente también imparte clases de pintura a través de la Asociación RecreArte de Algeciras. Lo hace de forma voluntaria, varios días en semana, en uno de los salones parroquiales de la Iglesia del Carmen, en Algeciras. Tiene grupos de niños y adultos. “Aprendo mucho de mis alumnos. Creo que ellas -hablo en femenino porque la mayoría son mujeres- también han evolucionado con las clases. Al principio, les bloqueaba el reto del lienzo en blanco y, poco a poco, se han ido soltando. No imparto nada academicista. Quiero que cada cual se exprese y desarrolle su propia creatividad. Yo sólo les doy las herramientas”. Las alas para poder volar.
Con RecreArte, tiene un par de proyectos más en cartera para esta primavera. El primero, el sábado 21 de mayo, en el Museo Municipal, donde Cristina Harillo realizará una obra en directo mientras Lidia Pozo toca la flauta travesera. El segundo, es una actividad consistente en que, aquellos que se apunten, puedan pintar un pequeño lienzo con acrílico mientras desayunan en un local del Barrio de la Caridad. “La asociación les facilitará los materiales y el desayuno. El participante sólo tiene que sentarse y pintar su obra que después, si quiere, puede llevarse a casa como recuerdo”.
Imparable, Cristina Harillo también tiene varias obras expuestas en el local de Taracea, en Juan Morrison, con motivo del Open Studio. Allí pueden verse sus nuevas líneas de trabajo: una escultura y una segunda obra perteneciente a la colección que ha titulado Mis paraísos, la cual consiste en vistas cenitales de paisajes abstractos.
Al pasar por la calle Emilio Castelar, se queda mirando la casa recién restaurada que hace esquina con Monet. “Me encantaría pintar esa fachada, sobre la chapa. Quedaría precioso. Ya lo tengo en la cabeza. Si a través de RecreArte me consiguieran los materiales imprescindibles, me pondría a ello”. Así que, con algo de suerte y voluntad, Cristina Harillo seguirá dejando su alma en el Barrio de la Caridad.
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