La historia tras la Cruz Blanca de Jimena: memorias del inocente

En la entrada de algunos municipios llama la atención una construcción que da la bienvenida, una cruz blanca sobre un pedestal que rinde homenaje a las víctimas que yacen bajo el lugar. Este elemento puede verse en un municipio del Campo de Gibraltar, concretamente en Jimena, localidad que cuenta en dicha ubicación con un mirador desde el que se pueden disfrutar de grandes vistas del Parque Natural de Los Alcornocales y que se ha convertido en una parada obligatoria para los senderistas que realizan la ruta del río Hozgarganta.

Por regla general, estas cruces se encuentran en los puntos confluentes y de entrada de los pueblos. Son monumentos mortuorios que llaman la atención de los visitantes, lugares de honor para las víctimas.

Las cruces fueron construidas entre los siglos XV y XVI. Son cruces simples, algunas reformadas con el paso de los años, ubicadas sobre un gran pedestal que soporta en su parte superior a la pequeña cruz. En el caso de la Cruz Blanca de Jimena, esta se encuentra sobre dos escalones de piedra que anteceden a un pedestal de doble altura.

Los fallecidos a los que homenajean estas construcciones no son combatientes del ejército, sino campesinos y gente inocente que participó en revueltas y conflictos armados ocasionados por restricciones aplicadas sobre ellos mismos.

Durante el mandato de los Duques de Medina Sidonia, estos prohibieron la molienda del trigo en molinos que no eran de la propiedad de los campesinos, además, limitaron el uso del agua, por lo que conllevó el malestar de los trabajadores y, en consecuencia, la convocatoria de rebeliones vecinales. El propio Obispo tuvo que intervenir para solucionar el problema.