La leyenda que esconde la Garganta del Capitán
Garbiel Moreno, conocido como "El Capitán" fue un soldado algecireño destacado del ejército español al que las historias populares relacionan con el contrabando
La Garganta del Capitán, una ruta senderista con encanto en el Campo de Gibraltar
El sendero de la Garganta del Capitán se encuentra entre Los Barrios y Algeciras, un paraje natural que destaca por su belleza y que recibe el nombre por una de las tumbas que se encuentra a lo largo del trayecto de 6 kilómetros, la del Capitán Gabriel Moreno, que según narra la leyenda, fue un soldado ilustre en la guerra de Dinamarca.
El enclave tiene otros muchos atractivos, los más destacados, las pozas. Aunque no hay que olvidar las el bosque galería en forma de canuto o la variedad de fauna y flora que puede encontrarse en la zona.
Volviendo a la leyenda, cuentan las historias populares que Gabriel Moreno Pantisco nació en Algeciras en 1760, fue bautizado en la Iglesia de la Palma y, cuando cumplió 18 años, entró a formar parte del ejercito español.
Con esos datos, los primeros asaltos del posteriormente apodado como "El Capitán" pueden remontarse al Gran Sitio de Gibraltar que se desarrolló de 1779 a 1783. Otras de sus acciones fueron en la Guerra de la Independencia contra los franceses y en la guerra de Dinamarca.
El apodo de "El Capitán" no vino dado por su mando inicialmente, sino por su indumentaria: una chaqueta con botones que portó toda su vida. Aunque de Dinamarca regresó con galones.
Su compromiso con el ejercito, según narra la leyenda, no le impidió dedicarse al contrabando. Gabriel Moreno formó un grupo con 12 contrabandistas y bandoleros que actuaban en la Sierra de Algeciras, datos que no se han podido comprobar históricamente en los registros, pero que concuerdan con lo evidente al conocer su nivel de vida.
Casado con una algecireña, Isabel Guitar de los Santos, y con una hija, El Capitán fallece de un tiro en un enfrentamiento con las Compañías Francas, lo que más tarde sería el cuerpo de la Guardia Civil, y es enterrado en una fosa común del cementerio de su localidad natal.
La historia cuenta que desde entonces, el alma del Capitán reposaba en una de las rocas que rodeaban el punto en el que murió, la Tumba del Capitán, y que en las noches de luna llena se le escuchaba llorar en su lecho de muerte.
En ese momento, un cura aconsejó que un cantero esculpiera una cruz en dicha piedra con el objetivo de que el espectro no volviera aparecer, algo que ocurrió al escribir sobre ella: "Aquí yace Gabriel Moreno, que falleció el 13 de Junio de 1834 a los 77 años de edad".
Según los datos recabados históricamente, Gabriel Moreno murió en realidad por una epidemia de cólera. A causa de la enfermedad, la cuarentena decretada no permitía que el cuerpo fuera trasladado a la ciudad, por lo que debía ser enterrado en un punto cercano al de su muerte.
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