Un recorrido a pie por la historia de Tarifa

Tarifa es mar, es viento, playa y diversión. Todo lo que te ofrece uno de los destinos preferidos por personas de todo el mundo para disfrutar del verano. Pero también es una ciudad que alberga muchísima historia.

De hecho, en lo que ahora es su término municipal existen la mayor cantidad de ejemplos de pinturas rupestres prehistóricas (más de 60 localizaciones) de lo que se ha denominado el Arte Sureño, así como restos de la Edad de Bronce. También se han descubierto evidencias de asentamientos púnicos con más de 2500 años de antigüedad en la isla de las Palomas y en el propio yacimiento de Baelo Claudia, que antes de ser una urbe romana a partir del siglo II AC, ya estuvo poblada por los fenicios.

La actividad en la zona de Tarifa durante la época clásica fue muy importante, y además de la propia Baelo hay restos diseminados por el término municipal que confirman la presencia de otros núcleos como Mellaria, que se cree que pudo estar enclavada en la propia ciudad.

De cualquier forma, si eres un apasionado de la Historia pero no quieres alejarte de la ciudad, en el propio núcleo urbano de Tarifa puedes encontrar diferentes elementos demuestran la fundamental importancia estratégica que siempre ha tenido esta ciudad, desde los primeros siglos de la Edad Media hasta la época Contemporánea.

La actual Tarifa fue fundada poco después de la invasión musulmana de la Península Ibérica en el 711 en honor a Tarif, lugarteniente del líder bereber Tarik que inició la conquista del reino visigodo de Hispania. Algo más de dos siglos después, tras la creación del Califato de Córdoba de los Omeya, Abderramán III ordena la fortificación de la ciudad con las primeras murallas que tantas batallas vieron pasar a lo largo de los siglos.

Las propias murallas, de las que aún quedan en pie varios tramos, serán un punto interesante del recorrido histórico, pero antes, empezaremos por el punto de partida más útil para el visitante.

La Alameda

La larga calle peatonal que discurre desde la avenida Andalucía hasta casi los pies del castillo-fortaleza es sin duda el paseo principal de Tarifa. Allí se celebran diferentes actividades públicas como conciertos y actuaciones durante el verano, además de encontrar varios restaurantes y bares donde poder tomar un primer refresco o comenzar a disfrutar de la oferta gastronómica local.

De cara a realizar este recorrido, es importante destacar que en la Alameda se ubica la Oficina de Turismo de Tarifa, donde podrás encontrar toda la información que necesites sobre la ciudad, sus museos y sus lugares de visita recomendada. Buena parte de las paradas que haremos en esta ruta histórica por la ciudad se pueden hacer andando desde la Alameda, con lo que es muy recomendable buscar aparcamiento por esta zona o en algún parking cercano.

También en la propia Alameda nos encontraremos la estatua en honor de Alonso Pérez de Guzmán o Guzmán el Bueno, el caudillo cristiano que pasó a la historia por la defensa de la ciudad a finales del siglo XIII, prefiriendo que una fuerza combinada de musulmanes y cristianos rivales asesinase a su propio hijo a rendir la ciudad.

Al extremo sur de la Alameda, encontramos otra estatua de un importante personaje histórico vinculado con Tarifa y el propio Guzmán, la del Rey Sancho IV de Castilla, que dirigió personalmente la conquista de Tarifa a los benimerines en 1292 tras un asedio naval y terrestre ayudado por aliados genoveses, del Reino de Aragón y el apoyo del Reino Nazarí de Granada. La estatua del rey castellano, erigida en 1992 para conmemorar el VII centenario de la toma de Tarifa, se encuentra a los pies de la entrada al castillo, que será la siguiente parada de la ruta.

Castillo de Guzmán el Bueno

El castillo de Tarifa o de Guzmán el Bueno, como también se le denomina, es una fortaleza medieval en bastante buen estado declarada como Bien de Interés Cultural en 1931 y una visita obligada a la ciudad. Construido a partir del 930 por orden de Abderramán III, sirvió como plaza fuerte militar en la zona del Estrecho durante toda la Edad Media hasta que fue restaurada en el siglo XVII como defensa ante los piratas berberiscos y durante la Guerra de la Independencia frente a las tropas napoleónicas.

El castillo está formado por un núcleo original de la época califal, el alcázar, al que acompañan un grupo de muros con quince torres de las que se conservan trece. Por un módico precio se puede visitar las principales zonas del castillo, que incluso alberga actividades culturales como exposiciones o conciertos. Otro punto obligado es la torre albarrana llamada de Guzmán el Bueno, lugar con unas extraordinarias vistas y cargada de significado para la ciudad.

Según cuenta la historia y la leyenda, fue allí desde donde el alcaide de Tarifa lanzó su puñal al infante Juan de Castilla (hermano y rival del rey Sancho IV) y los benimerines que asediaban la ciudad para que con su propia arma mataran a Pedro, su hijo menor secuestrado, antes que rendir la plaza. Desde aquel hecho, Alonso Pérez de Guzmán se ganó el sobrenombre de El Bueno por su sacrificio y al infante castellano se le llamó El de Tarifa por su traición a su hermano y rey.

Iglesia de Santa María

Dentro del castillo, nos encontramos el acceso a la iglesia de Santa María, un antiguo lugar de culto cristiano construido en el siglo XIII sobre la anterior mezquita islámica, de la que sólo se conservan cuatro columnas y un artesonado.

Hasta la construcción de la iglesia de San Mateo fue la principal iglesia de Tarifa. Actualmente, el edificio no tiene una función religiosa y pertenece al Ayuntamiento de la ciudad, que lo usa como escenario de diferentes eventos culturales. Su otro acceso se encuentra en la plaza del mismo nombre o de la Ranita, donde se ubican el Ayuntamiento y otros edificios históricos.

Visita guiada por la muralla

Además del castillo en sí, también existe la posibilidad de hacer una visita guiada por las murallas de la ciudad. El recorrido por el adarve que servía de ruta de vigilancia a las tropas ofrece unas magníficas vistas de toda la ciudad y su entorno, además de dar una idea de la máxima dimensión que tuvo la fortificación de la ciudad en su época.

Puerta de Jerez

Como parte del gran recinto amurallado que protegía la antigua ciudad, esta puerta es la única que se conserva en la actualidad, sirviendo de acceso al centro histórico de Tarifa. En la puerta podrás encontrar una placa conmemorativa de la toma de Tarifa en 1292.

Estatua del general Copons

La historia de Tarifa está marcada por uno de los asedios que sufrió en la Edad Media que dio origen a la leyenda de Guzmán el Bueno, pero no fue ni mucho menos el único que sufrió la ciudad.

Otro episodio heroico, y también decisivo en su momento, fue la resistencia ante las tropas napoleónicas a finales de 1811. En el 20 de diciembre de ese año, Tarifa servía de acuartelamiento de 1.300 hombres del general malagueño Francisco Copons y Navia además de 1.700 soldados ingleses aliados, con la orden de resistir ante el avance francés que acudía con un ejército cuatro veces superior en número.

Copons refugió a la población civil en la Isla de las Palomas para librarla del fuego artillero enemigo, que comenzó en el amanecer del 29 de diciembre, abriendo hueco en un tramo de muralla conocido como del Retiro. Al día siguiente, el general francés Leval envió un mensaje al español instándole a que se rindiera, a lo que Copons respondió que lo encontraría con sus tropas defendiendo el hueco abierto en la muralla. Y así hizo el día 31, resistiendo con sus hombres cada asalto de los franceses hasta que 17 días después, y ante la imposibilidad de tomar la plaza sin la perspectiva de sufrir demasiadas bajas, el ejército napoleónico se retiró sin conseguir su objetivo de tomar Tarifa y consolidar su dominio en las costas de la provincia de Cádiz, en cuya capital ya se debatía la futura Constitución de 1812.

En 2012, con el bicentenario de su gesta, la ciudad de Tarifa erigió una estatua al general malagueño cerca del lugar donde la muralla cedió ante el bombardeo francés. La estatua representa a Copons de pie, sosteniendo en la mano derecha la carta de Leval proponiéndole la rendición y con la mano izquierda sobre la empuñadura de su sable.

Iglesia de Santiago

Más al sur de la estatua de Copons y en el extremo este del núcleo poblacional de Tarifa, nos encontramos la Iglesia de Santiago. Este templo del siglo XIV fue en su día una de las principales parroquias de la ciudad, pero se encuentra en un pésimo estado de conservación desde que fuese abandonada hace casi un siglo.

De estilo gótico-mudéjar, se construyó en el antiguo barrio árabe de la Aljaranda, probablemente sobre una mezquita anterior. La iglesia, de la que los elementos que aún quedan en pie están en peligro de derrumbe, contenía una capilla funeraria de las familias procedentes de la primera guarnición cristiana de Tarifa tras su conquista a los benimerines.

Detrás del recinto que ocupa se encontraba además una antigua puerta del recinto amurallado conocida como el Postigo de Santiago por la que entró el ejército cristiano en la toma de Tarifa en 1292, tal y como destaca una placa instalada al pie de la muralla en esa zona.

Isla de las Palomas

Y, por supuesto, aunque nos alejemos algo del centro de la ciudad, esta ruta por la historia de Tarifa debe incluir el punto más meridional del continente europeo, donde desembarcó la primera expedición musulmana en el 710 previa a la invasión posterior, y donde varios siglos antes ya habitaban los fenicios. De hecho, en la zona nororiental de la isla son visibles los restos de, al menos, cinco hipogeos funerarios fechados entre los siglos VI y IV a.C.

Desde época romana, la isla se utilizó como cantera y su uso militar no llegó hasta el siglo XVII, con la construcción posterior de un fuerte. Las Palomas estuvo separada de Tarifa hasta 1808, cuando se construyó el primer camino que las unió, obra de Antonio González Salmón.

A mediados del siglo XX se reforzó la actividad militar en la isla con la construcción de diferente cuarteles que se mantuvieron activos hasta finales de los 80. Desde 2003 tanto la isla como las aguas que la rodean forman parte del Parque natural del Estrecho de Gibraltar por su alto valor ecológico.

No obstante, es visitable y desde allí podrás presenciar las mejores vistas de la costa norteafricana y cómo se unen el Atlántico y el Mediterráneo.