'El Taller' de Algeciras, un restaurante en el que el paladar se sorprende

Si eres una persona intuitiva y observadora y pasas por "El Taller", encontrarás muchos motivos por los que elegir una mesa y quedarte a comer. Este restaurante lleva siete años abierto y tiene una carta dinámica, viva y cambiante.

Cada semana incluyen nuevos platos, todos ellos con un toque experimental, por lo que siempre puedes sorprendente si decies comer en este bonito establecimiento situado en la calle Teniente García de La Torre del centro de Algeciras.

Alba es la actual dueña, que comenzó a trabajar en este establecimiento cuando abrió. Fue la última en incorporarse a la plantilla y su labor era la de servir en sala. Su curiosidad y pasión por la cocina le hicieron quedarse en este restaurante que siente como su casa durante más tiempo de lo previsto.

Esta algecireña está a punto de cumplir 32 años, es una persona curiosa y cuidadosa, y le gusta tanto la cocina que, según nos comenta, "cuando estudiaba Derecho, dejaba los estudios para ponerme a cocinar". Desde octubre es la dueña única del local, y está viviendo una experiencia que no se esperaba, pero que la hace muy feliz, ya que se dedica a lo que le gusta.

La hostelera nos comenta que la mayor baza de su negocio es "el conocimiento del producto y la novedad de la carta practicamente cada semana". Renovación y fusión son dos palabras que definen muy bien la cocina de "El Taller", ya que llevan a cabo recetas tradicionales con un toque propio. "La cocina no es de nadie, es universal, y es lo que nos une". Cada vez que idean un nuevo plato lo prueba todo el equipo.

La clientela que llega a este restaurante situado en un callejón casi escondido se deja aconsejar por la experiencia de su personal. Tanto Alba como Anita, Pablo, Julián, Paola y Alba son profesionales a quienes les encanta su trabajo. Alba valora mucho a su equipo, por lo que ha decidido cerrar los domingos y que los descansos sean siempre durante dos días correlativos. El tiempo libre es una parte fundamental de la vida laboral, y Alba lo tiene claro: el equilibrio entre vida y trabajo es necesario.

En "El Taller" se come bien y se está bien. Al entrar nos encontramos con un salón muy agradable en tonos pastel, con un toque art nouveau . Un gran escaparate deja ver la sala en la que caben más de cincuenta personas. También se puede comer fuera, en una terraza en la que hay espacio para treinta comensales.

Una de las partes más curiosas de este restaurante, que gustará a quienes disfrutan del arte de guisar, es su cocina vista. Desde el salón se puede ver cómo se preparan las recetas y el trajín de los cocineros Anita, Pablo y también Alba, que preparan con esmero platos que se quedan en el recuerdo del paladar.

Alba afirma que "la comunicación, la pasión y el conocimiento" son la clave para que un negocio que "se dedica a dar de comer y beber" funcione, y ella lo pone en práctica con soltura. En este tipo de negocios "puedes arreglarle el día a alguien. El entendimiento y empatía, junto con la profesionalidad, son fundamentales."

Esta cocinera nos recomienda probar el wok y el tartar de presa, maridados con algunos los vinos de su cuidada bodega. En el futuro, le gustaría llevar a cabo catas en su negocio, "un local chiquitito con una carta grande". Y es que la forma de conocer el menú de este restaurante es frente a una carta de más de un metro de alto, una pizarra que cambia constantemente, llena de platos cuyos ingredientes principales son el pescado, la carne y que también cuenta con platos vegetarianos.

"La comida es lo que nos une, por supervivencia", sentencia la emprendedora, una soñadora que ha conseguido cumplir una meta disfrutando del camino.