Caída del pelo: qué alimentos debes tomar para prevenirla
A la caída de pelo estacional hay que sumarle aquella generada por el estrés, pero ambas se pueden frenar tomando los alimentos adecuados
Caída de pelo por estrés: mitos, realidades y tratamientos
Inmersos en pleno otoño no podemos negar una realidad más que evidente: la caída del pelo ha llegado para quedarse. Aunque estés preocupada por notar una caída más abundante que en otras épocas de año, no debes alarmarte porque esta caída forma parte del ciclo vital del propio cabello. Este ciclo anual cuenta con que la mayoría de los cabellos experimentan su fase de crecimiento durante la primavera, descendiendo al llegar el otoño. Por esta razón, durante esta estación el pelo se cae con más frecuencia que de costumbre.
El cabello tiene un ciclo vital muy sencillo: nace, crece, se mantiene y muere. El otoño es la temporada final de muchas de las fibras capilares que conforman tu cabello y por eso, al igual que las hojas de los árbales, se cae. Además, tu cabello ha sufrido las agresiones externas del verano y eso ha deteriorado su salud, favoreciendo que se caiga.
Por eso, a estas alturas ya habrás recurrido a productos milagros y tratamientos con los que fortalecer tu melena y evitar que se caiga pero, lo que tal vez no se te ha ocurrido, es que el verdadero secreto para que tu pelo esté más fuerte está en una buena alimentación. Sabemos que determinados nutrientes ayudan a que tu pelo se mantenga sano y te lo contamos para que los incluyas en tu dieta.
Pescados grasos
Los ácidos grasos Omega 3 y la vitamina D funcionan como acondicionadores naturales. La mejor forma de incorporar el Omega 3 nuestra dieta es a través de los pescados grasos, como el salmón, la caballa, la sardina o el bacalao.
Este tipo de pescado no sólo es una buena fuente de Omega 3, también contiene vitamina D y ambos nutrientes juntos ayudan a mejorar la salud del cabello. El extracto del aceite de pescado que contiene ácido docosahexaenoico, un ácido graso Omega 3 que estimula el crecimiento del cabello al aumentar la actividad de ciertas proteínas en el cuerpo. En su justa medida, apuesta por incorporar a tu dieta este tipo de pescados.
Naranjas, almendras y aguacate
La vitamina C, esa gran aliada durante todo el invierno para prevenir catarros y que ahora también lo es de la salud capilar. Frutas como las naranjas y la papaya, hortalizas como la remolacha y verduras como las zanahorias o los pimientos son ricos en vitamina C, que estimulan la producción de colágeno, fortaleciendo el cabello y aportando brillo.
Otro nutriente estrella por su importante poder hidratante es la vitamina E, que la podemos encontrar en los aguacates, que son fuente de grasas monosaturadas saludables y que actúan como un suavizante natural y ayudan a mantener el cabello y las uñas en buenas condiciones. Las almendras también son ricas en vitamina E.
Legumbres
Otro nutriente muy recomendable es el zinc, necesario para la síntesis de proteínas y para el crecimiento celular, por lo que una deficiencia de este elemento puede conducir a la pérdida de pelo y a un cuero cabelludo seco y escamoso. Este nutriente lo podemos encontrar en frutos secos, judías, cacao, champiñones marisco o la carne magra.
Se recomienda evitar o limitar el consumo de alcohol y café, ya que su ingesta puede bloquear la absorción del zinc. Si hablamos de incluir hierro en la dieta, la respuesta nos viene rápidamente a la cabeza, con las legumbres, particularmente las lentejas, ya que son una fuente de proteínas ricas en minerales esenciales como el hierro y zinc. Entre sus principales beneficios, destaca el de regular los factores hormonales que afectan al crecimiento del cabello.
Verduras de hoja verde
La vitamina B7 (o biotina) está presente en los folículos del cabello y su carencia favorece la fragilidad del pelo. La podemos incluir en nuestra lista a través de alimentos como acelgas y otras verduras de hoja verde, huevos, cereales integrales o cacahuetes.
También te puede interesar
Lo último
Encuentro de la Fundación Cajasol
Las Jornadas Cervantinas acercan el lado más desconocido de Cervantes en Castro del Río (Córdoba)