Diez vestidos imprescindibles para olvidarte del 'qué me pongo' en todas tus bodas
Ahora que las tendencias nupciales se han vuelto mucho más minimalistas y sencillas ha llegado el momento de hacer balance y recopilar los vestidos con los que siempre tendrás un look sobresaliente
Sevilla tiene las tiendas donde las invitadas con más estilo fichan los vestidos para sus bodas
Cuando no hay bodas a la vista, dar con el perfecto look de invitada resulta sencillísimo. Sabemos cuáles son las tiendas en las que las invitadas con más estilo fichan los vestidos para sus bodas, aprovechamos las rebajas para hacernos con algunos de los vestidos de invitada más económicos e incluso le recomendamos a nuestra amiga embarazada los mejores looks premamá para una boda. La cosa cambia cuando nos damos cuenta que tenemos, no una, sino varias bodas y que no tenemos ni la más remota idea de qué ponernos.
Trabajar bajo presión es algo que nos encanta porque es cuando más productivas somos, aunque a la hora de encontrar ese look de invitada esa presión no resulte tan positiva. Repasamos nuetsro armario y el de todas nuestras amigas, pero en nuestra cabeza resuena todo el rato qué me pongo para esta boda. Nos empezamos a agobiar y estamos a un paso de llamar a los novios para decirles que nos ha salido un trabajo en las Islas Fiji y que a su boda va a ir Perry el ornitorrinco. Hasta que descubrimos los diez vestidos imprescindibles para olvidarte del qué me pongo en todas tus bodas.
Ahora que las tendencias en invitadas (también en novias) se han vuelto mucho más sencillas y minimalistas, ha llegado el momento de redescubrir vestidos que siempre han sido un básico de fondo de armario pero que por razones desconocidas no nos han servido de inspiración para nuestras bodas. Ahora ha llegado el momento de reivindicar clásicos como el Little Black Dress, reinterpretar básicos como el vestido camisero y redescubrir joyas como el slip dress. No te pierdas esta selección de vestidos imprescindibles y olvídate del qué me pongo en todas tus bodas.
Little Black Dress para olvidarte del 'qué me pongo' en tus bodas
Si hay un vestido que debe estar en cualquier fondo de armario y con el que salvarás todas tus bodas, ese es el Little black dress, que no es más que un vestido negro. Atemporal y versátil, el LBD ha sufrido todo tipo de transformaciones, adaptándose a las circunstancias del momento y a las necesidades de las mujeres. Como no podía ser de otra forma, Coco Chanel fue la primera que esbozó su diseño a principios del siglo XX y Audrey Hepburn lo catapultó a la fama en la versión de Hubert de Givenchy que lucía frente al escaparate de la joyería Tiffany’s en la película Desayuno con diamantes. Si no sabes qué ponerte en tu próxima boda, éste es tu vestido (preferiblemente si la boda es de noche).
Vestido camisero para olvidarte del 'qué me pongo' en tus bodas
¿Qué sería de nuestro fondo de armario sin un vestido camisero? Como su propio nombre indica, el camisero es un vestido cuyo corte se asemeja al de las blusas y camisas. Aunque ahora cueste imaginarlo, este tipo de vestidos tiene su origen en la Primera Guerra Mundial y ahora que las tendencias en invitada se han relajado y se han vuelto muy sencillas y minimalistas, ésta es una gran opción. El conjunto compuesto por falda y camisa que lucían las enfermeras era práctico y funcional pero, además, resultaba tan favorecedor que pasó de uniforme sanitario a vestido de fondo de armario con el que olvidarte del qué me pongo en todas tus bodas.
Vestido babydoll para olvidarte del 'qué me pongo' en tus bodas
La historia de este vestido es bastante curiosa. Durante la II Guerra Mundial (este periodo histórico parece dar para mucho en cuestiones de moda, la escasez de tejidos llevo a la diseñadora de lencería Sylvia Pedlar a acortar su camisón. De ese aprovechamiento textil nació un primigenio babydoll, el pijama durante años de la clase alta. Hasta que a finales de los 50 el diseñador Cristóbal Balenciaga transformase por completo el pijama de las clases nobles en un vestido de corte trapecio y cintura suelta para dar como resultado el vestido que más triunfó en los años 60 y que a día de hoy sigue siendo tendencia. Quizás te parezca demasiado corto para un look de invitada, pero ha llegado el momento de acortar las faldas y reivindicar la diversión.
Tea Dress para olvidarte del 'qué me pongo' en tus bodas
Se trata de una variación del vestido camisero que tal vez te suene de haberla visto en alguna fotografía de juventud de tu abuela. El tea dress, uno de los más vintage de la lista, presenta un tejido fluido, un escote de pico y unas pequeñas mangas cortas que a veces se presentan en forma de volante de capa. Algunos suelen ir acompañados de una romántica botonadura en la parte central, lo que hace que la prenda sea todavía más delicada. Es más que probable que en esta temporada de bodas hayas visto a alguna que otra influncer luciendo un vestido como éste. Eso sí, su sencillez hay que complementarla con unos llamativos pendientes.
Slip Dress para olvidarte del 'qué me pongo' en tus bodas
También conocido como vestido lencero, el slip dress se lo debemos, casi de manera indiscutible, a la modelo Kate Moss, que durante los 90 lo convirtió en su uniforme de alfombra roja y de un tiempo a esta parte se ha convertido en un must de todas las bodas de verano. El slip dress revolucionó la moda de los 90, siendo el preferido de otras celebrities, y actualmente sigue siendo uno de los vestidos más en tendencia. ¿Su secreto? Un diseño minimalista de tirantas, en el que destaca un tejido satinado y cortado al bies bien le vale al slip dress la categoría de vestido perfecto con el que salvar cualquier boda en la que no sepamos qué ponernos.
Vestido de corte imperio para olvidarte del 'qué me pongo' en tus bodas
La afirmación "en la moda está todo inventado" puede que la dijera el primero que se atrevió a investigar la historia de los vestidos de corte imperio. Aunque para muchas sea un corte típico de los trajes de novias actuales, éste se remonta a la Antigua Grecia, cuando las túnicas femeninas presentaban una cintura elevada que realzaba el pecho. En la Francia napoleónica, el corte imperio, que se simplificó todavía más, volvió a convertirse en un referente de estilo que vivió uno de sus punto álgidos en los años 60. Tanto es así, que ese corte justo debajo del pecho sigue estando presente en multitud de vestidos actuales, sobre todo en aquellos más vaporosos a partir de la cintura. Muy favorecedor para todo tipo de cuerpos, el vestido de corte imperio es un salvador de bodas, bautizos y comuniones.
Wrap Dress para olvidarte del 'qué me pongo' en tus bodas
Corrían los años 70 y una joven, por aquel entonces modelo, Diane von Furstenberg tuvo la idea de unir el top a la falda para crear un vestido que fuese envolvente, de ahí el término wrap dress. Con líneas súper sencillas, este vestido se caracteriza por su escote cruzado, su cintura ceñida y su falda semivaporosa. Con un largo variable (aunque el midi es el más favorecedor), este icono de los 70 es uno de los vestidos más favorecedores de la historia y tener uno con el que salvar nuestro look de invitada es la mejor de las ideas, palabra de Diane von Fursteberg, que en los 70 vendió más de cinco millones de ejemplares.
Vestido tipo túnica para olvidarte del 'qué me pongo' en tus bodas
El típico vestido para ir a la playa, aunque no siempre fue una prenda estival en exclusiva. Con un largo midi, muy holgado y con estampados realmente llamativo, el caftán (o túnica) lo asociamos a dos momentos clave de la historia de la moda: la época hippie y el glamour de los años 70. Los atuendos desenfadados y con líneas poco definidas de los años 60, unidos a los estampados psicodélicos de los 70 tiene como resultado lo que hoy conocemos como caftán. Aunque esta prenda también le debe mucho a la inspiración que otras culturas, como es el caso de la marroquí o la turca, provocan en el mundo de la moda. Ahora que, insistimos, las tendencias en looks de invitada son mucho más relajadas, apostar por una túnica en una boda nos parece de diez.
Vestido tipo cóctel para olvidarte del 'qué me pongo' en tus bodas
También podría llamarse el vestido comodín, ya que este tipo de diseño corresponde a un vestido para ser usado en un contexto que no es informal, pero su formalidad tampoco es de magnitudes estratosféricas. De ahí que ahora que todo es más sencillo y minimalista se convierta en una opción perfecta para olvidarnos del qué me pongo en cualquier boda. Un vestido de media etiqueta, básico e imprescindible en cualquier armario. Por lo general, el vestido de cóctel presenta en largo a media pierna (o incluso más corto) y las mangas pueden variar en cuanto a las preferencias de la mujer que lo luzca.
Prairie Dress para olvidarte del 'qué me pongo' en tus bodas
¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? En este caso lo tenemos claro. Antes que el prairie dress estaba la prairie skirt que, como su propio nombre indica, era una falda de pradera. Ligeramente acampanada, esta falda originaria de la época victoriana, es la antesala de lo que actualmente conocemos como prairie dress. En el caso del vestido, estamos ante un diseño enterizo, con manga larga ligeramente abullonada y terminada en un puño cerrado, que ofrece una versión de la prenda bastante más recatada y anodina. Aunque es una pieza que resulta comodísima y que puede ser la competencia directa con los vestidos camiseros. Para un look de invitada, nada como combinarlo con unos complementos llamativos que rompan por completo con la estética Casa de la pradera.
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