Los días pasan y los aficionados de la Real Balompédica Linense tienen la sensación de que tras consumarse la macha del secretario técnico, Alberto Achirica, su club ha entrado en punto muerto. Nada más lejos de la realidad. En los últimos días el propietario de la entidad, Andrés Roldán, ha continuado con las gestiones encaminadas a nombrar al nuevo responsable del área deportiva y ha mantenido reuniones con algunos de los candidatos.

La primera misión del elegido será determinar la continuidad o no del entrenador gallego Antonio Fernández Rivadulla, cuyo contrato expiró al no alcanzar el equipo de La Línea la fase de ascenso a Primera Federación, y más aún cuando tampoco logró la clasificación ni para la Copa del Rey ni para la Copa Federación, tras caer en la última jornada en Lebrija a manos del Atlético Antoniano (2-0).

En contraste con esa impresión de parón interno aparecen las obras del Ciudad de La Línea (oficialmente aún estadio Municipal) que aprovechan el parón de competición para evolucionar por días.

La polémica (por su tamaño) visera de Tribuna ya es casi una realidad. Además están siendo colocados de los embellecedores del Fondo Norte y continúan los trabajos en los bajos de Preferencia y Tribuna, así como en los huecos de los ascensores.