Tribuna de opinión

Manuel Gutiérrez Luna

Magistrado. Ex Presidente Sala Apelación Penal del TSJA

Libertad de prensa y de expresión

El buen periodismo ha de sostener los principios basados en la búsqueda de la verdad, el contraste de las informaciones, la verificación de las fuentes y el respeto de los derechos de los ciudadanos Es hora de regular el secreto profesional, previsto en la Constitución de 1978, aún sin desarrollar mediante una Ley

Prensa a la venta en un kiosco.

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La libertad de prensa y de expresión en un derecho fundamental, reconocido tanto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos como en nuestra Constitución (artículo 20), que protege la libertad de expresar y difundir libremente pensamientos, ideas y opiniones por medio del escrito, la palabra o cualquier otra fórmula.

En este 3 de mayo se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa, precisamente en un momento en el que la prensa y su libertad no atraviesan su mejor momento.

Conocido es que los medios de comunicación son empresas que están marcadas por sus ideas y que tratan de imbuirlas a quienes en ella trabajan, a los periodistas. El periodista ha de ser independiente, ya que su misión es la de investigar y mantener informada a la sociedad en general sobre hechos y acontecimientos que suceden a diario, sobre asuntos de interés, sin interferencia de gobiernos ni otras estructuras de poder. Y sin que por ello puedan ser víctimas de censura, hostigamiento o cualquier otro tipo de coacción. El periodista debe trabajar en un entorno seguro.

Sin periodismo no hay democracia. Entiendo que es obligación de todos, incluidos los Gobiernos, proteger la libertad de prensa. En los periódicos de gran tirada existe la figura del Defensor del periodista, cuya misión es defender la libertad de informar de sus compañeros frente a criterios distintos de la empresa. Merced a esa libertad, disponemos de todos los datos que necesitamos para formar una opinión e interpelar al poder con la verdad.

El buen periodismo ha de sostener los principios basados en la búsqueda de la verdad, el contraste de las informaciones, la verificación de las fuentes y el respeto de los derechos de los ciudadanos. Si no se actúa así, los bulos y las fake news crecerán sin freno.

Si se limita la libertad de información, la auténtica democracia decae y puede perecer. No podemos olvidar que su libertad es también la nuestra. Y si existen noticias inexactas o fake news, nuestro sistema judicial tiene resortes para atajarlo. Pero nunca limitarlo con carácter general, ya que podría dar lugar a que cualquier político pudiera llamar al director de un medio para imponer, por ejemplo, que una noticia que le afecta no se publicase. Algo que supondría un perjuicio para la sociedad en general, que estaría desinformada y privada de conocer un hecho que puede interesarle.

El ejercicio de la profesión periodística está acuciado en los últimos tiempos por males como el intrusismo profesional, las fake news, la precariedad laboral o la injerencia de poderes fácticos, bien a través de la publicidad o con denuncias que en la mayoría de los casos terminan archivadas pero que tienen la intención de intimidar a medios y profesionales de la información. Es hora de regular el secreto profesional, previsto en la Constitución de 1978, aún sin desarrollar mediante una Ley.

Cabe recordar que el pasado año fueron asesinados 67 trabajadores de los medios de comunicación cuando ejercían su profesión. Tres periodistas iraníes permanecen encarceladas, siendo galardonadas el pasado año con el Premio Mundial a la Libertad de Prensa.

Mi felicitación a todos los que ejercen el periodismo en libertad con motivo de este dia.

Y finalizo con palabras pronunciadas por el Secretario general de la ONU, Antonio Guterrez: “Sin libertad de expresión, que propicia nuestros otros derechos, nuestra libertad quedará seriamente limitada”.

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