La investigación abierta por la muerte de los guardias civiles Miguel Ángel Gómez González y David Pérez Carracedo tras ser arrollados por una narcolancha la noche del 9 de febrero en el recinto portuario de Barbate sigue su curso. Distintos trámites, diligencias, informes y pruebas, así como las peticiones cursadas por las partes personadas en el procedimiento propician que la instrucción avance "a buen ritmo", según fuentes consultadas por este medio

Uno de los últimos pasos dados, en este caso por las defensas, es la petición de puesta en libertad de los seis encarcelados por estos hechos, que se encuentran en prisión provisional desde el 12 de febrero de este año como supuestos responsables de dos delitos de asesinato, cuatro delitos de asesinato en grado de tentativa, seis delitos de atentado agravado, un delito de contrabando y un delito de resistencia grave a agente de la autoridad.

Los abogados defensores insisten en que los seis detenidos no viajaban a bordo de la embarcación que embistió a la pequeña zódiac de la Guardia Civil aquella noche en el puerto de Barbate. En los vídeos que han aportado a la causa, argumentan, se aprecia que la narcolancha que atacó a los agentes disponía de una única antena, mientras que la 'goma' en la que viajaban Kiko 'El Cabra' -el piloto- y el resto de sospechosos apresados por este caso contaba, sin embargo, con dos antenas.

Asimismo, las defensas exponen en su petición de puesta en libertad que en esos mismos vídeos se ven cuatro personas a bordo de la narcolancha atacante, un número inferior a la cifra (seis) de tripulantes que se encontraban en la embarcación pilotada por 'El Cabra', desde la que, además, se grabó parte del violento episodio.

Ahora será el magistrado titular de Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Barbate el que resuelva esta solicitud de puesta en libertad.

Ataques alternos

Diferentes acusaciones personadas en el procedimiento consultadas por este medio restan importancia a los vídeos aportados por las defensas, por cuanto consideran que la zódiac del Instituto Armado recibió esa noche varias embestidas por parte de distintas narcolanchas que se encontraban en el puerto de Barbate, embarcaciones que se fueron alternando en su hostigamiento a la Guardia Civil. Por lo tanto, según las acusaciones, que los ahora encarcelados grabasen algunos ataques desde su embarcación no es óbice para que ellos también emprendieran otros. 

Desde la Asociación por la Defensa Integral de los Derechos de las Víctimas, que ejerce la acusación popular en el caso, recuerdan que el informe de trazos es "clave", pues incluye los resultados de los análisis que el Departamento de Química ha emitido y que ratifican que las características morfológicas, la composición química y la propiedad del color de los restos de pintura roja y gris halladas en la narcolancha en la que viajaban los detenidos "se ajustan" a la pintura de la zódiac de la Guardia Civil, lo que corrobora que ambas impactaron.

Esta entidad trae a colación, además, el informe de ADN, según el cual la ropa hallada en el interior de esa embarcación tenía restos biológicos de uno de los arrestados.

Las pruebas periciales mencionadas son, a criterio de la asociación, fundamentales a la hora de señalar a los detenidos como responsables del ataque mortal.