Provincia de Cádiz

El dolor de los médicos de familia. Los MIR en Cádiz

Personal sanitario recibe el apoyo ciudadano durante la pandemia.

Personal sanitario recibe el apoyo ciudadano durante la pandemia. / Julio González

Las guardias de 24 horas forman parte esencial en la formación de los nuevos médicos. Más allá de la lógica o no que puede suponer tener a un sanitario un día con su noche atento a los enfermos, estas guardias ponen a prueba los nervios, la preparación y la capacidad de respuesta de los residentes que comienzan su carrera profesional.

Las llamadas “guardias de puerta”, aquellas en las que se está en el servicio de Urgencia del hospital, son en su mayoría las que más presión imponen y las que, también, ponen de relieve la formación del sanitario.

Estas guardias son el punto fuerte de los que han elegido Medicina de Familia. Incluso hay residentes que, formados en otras especialidades (muchas con mayor exigencia de nota en el examen MIR para acceder a las mismas), asumen que tiemblan ante la perspectiva de estar 24 horas en las Urgencias. Y de estos son muchos los que se apoyan en sus compañeros, que en su día eligieron el, para algunos, “patito feo” de la sanidad pública, para pasar este trance.

Y aquí acaban ganando los médicos de familia. La tropa de choque de la sanidad pública en España. Aquellos que están preparados para casi todo y que asumen el ritmo y el estrés de estar 24 horas en las Urgencias hospitalarias. Desde un simple resfriado a un infarto pasando por síntomas casi ocultos que podían haber acabado con el paciente.

Los médicos de familia funcionan como la primera línea de choque de la sanidad, tanto en los grandes complejos hospitalarios como, sobre todo, en los centros de salud. Allí nos podemos topar con cientos de jóvenes que han terminado sus estudios hace uno, dos o tres años y están descubriendo la realidad de la vida laboral. Y su precariedad.

En el último reparto de las plazas MIR en toda España quedaron vacantes 459 de las 2.500 plazas de Medicina de Familia que se habían ofertado, y todo a pesar del déficit que hay de sanitarios en este grupo. De estos 39 puestos quedaron libres en Andalucía, aunque ninguno en Cádiz.

Una segunda convocatoria permitió la repesca de 213 nuevos internos.

Nadie dijo que la Medicina fuera fácil, ni estudiarla ni practicarla. Pero para nada ayuda las condiciones laborales en las que se encuentran muchos de estos jóvenes cuando acceden por primera vez a la realidad del trabajo del día a día. Y por eso se han encendido las señales de alerta ante la imposibilidad de cubrir 2.500 plazas de Médico de Familia. ¿Por qué se llega a esta situación?

Horas de guardia

La propia ministra de Sanidad, Mónica García, hablaba de este descalabro en Radio Nacional: “Más allá de los incentivos económicos, hay otros muchos, como puede ser trabajar bien, no tener 60 pacientes al día, no tener seis o siete guardias al mes, intentar reducir las horas de guardia, hacer el trabajo, apoyar el valor que tiene el trabajo de todas las profesiones sanitarias...”

Los residentes hacen su propio análisis, a la vez que no se muestran nada extrañados por la existencia de tantas vacantes.

Asumen que la Medicina de Familia tienen un bajo prestigio dentro de la carrera y que incluso se le da muy poca importancia en todo el proceso formativo del grado de Medicina, frente a la buena imagen (e ingresos económicos) que acompañan a otras especialidades, que rápidamente se agotan en el reparto de los MIR. Eso sí, todas ellas exigiendo notas más alta para acceder a las mismas..

Buena parte de las plazas de Familia que al final quedan vacantes, en el reparto nacional, se concentran en localidades “ubicadas en zonas de difícil acceso y alejadas de los grandes núcleos de población y con poco atractivo para el médico que inicia su carrera profesional, a lo que deben unir muchas veces una sobrecarga de las tareas administrativas”.

Todo ello va acompañado de una mayor carga de trabajo que va más allá de estos puntos de trabajo y se extiende por todo el país.

Se asume la importancia que tienen los MIR en el funcionamiento de los grandes centros hospitalarios, especialmente a medida que van avanzando en sus años de residencia y sobre todo en el reparto de las guardias. Servicios como el de Urgencia depende en determinados momentos de ellos, sobre todo si hay falta de médicos adjuntos.

Por otra parte, la inminente aparición de la especialidad de Urgencias, hoy inexistente en el reparto del MIR, hace que los que quieran dedicarse a estas ya no vayan a decantarse por Medicina Familiar y Comunitaria, que hasta ahora las incluía.

A todo ello se le une un problema que afecta a la mayor parte de los residentes: los ingresos que reciben. Y a eso unirán los contratos laborales que se renuevan mes a mes, cuando lleguen a adjuntos. Por si fuera poco, están las horas de guardia que realizan. Y que son muchas sobre todo en el caso de los profesionales más avezados y con ganas de aprender y progresar en su trabajo. Cobrar las cobran... pero no cotizan para la jubilación.

Los cierto es que a la hora de repartir las plaza MIR, las 2.500 que se ofertan en Familia superan con creces al resto de las especialidades (pues en conjunto se llegan a unas 8.000). Si el cupo de plazas fuera similar al resto, éstas se agotarían antes del puesto 6.000.

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